UNIVERSIDAD CATÓLICA TECNOLÓGICA DEL CIBAO
(UCATECI)
LA VEGA
ESCUELA DE EDUCACIÓN Y
HUMANIDADES
MAESTRÍA EN GESTIÓN
ACADÉMICA
TEMA:
ENSAYO SOBRE LA COMPETENCIA DEL PROFESOR
UNIVERSITARIO.
ASIGNATURA:
PRÁCTICA DOCENTE UNIVERSITARIA
MAESTRO:
ETANISLAO
DE LA CRUZ.MSC
SUSTENTADO POR:
GLADYS MARIA JIMENEZ MENA
98-0551
LA VEGA, 29 DE AGOSTO,
DEL 2013.
Competencias del Profesor Universitario
Ensayo:
El término competencia
proviene del latín competencia, y la Real Academia Española señala que es
relativo a “pericia, aptitud, idoneidad para hacer algo o intervenir en un
asunto determinado. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico, competencia se define como:
“Capacidad para responder
exitosamente a una demanda, tarea o problema complejos movilizando y combinando
recursos personales (cognitivos y no cognitivos) y del entorno” (OECD, 2005).
Según (Grundy, 1987) “Competencia es la
capacidad del sujeto para movilizar conocimientos, procedimientos y actitudes,
aplicadas a diferentes situaciones, tanto cotidianas como profesionales, con la
finalidad de aportar a la calidad de su vida personal y de la sociedad”.
Por lo tanto, los cambios acelerados en la que se encuentra la
sociedad global, conllevan grandes innovaciones y cambios en las prácticas y competencias del
profesor universitario en todos los campos
del conocimiento; que atañen al aprendizaje y a la vida de los hombres. Por
lo que todo cambio genera transformación y con ello, no siempre son
beneficiados los designios del hombre.
No obstante, la búsqueda incesante de prodigar un mundo con
oportunidades, igualdad de condición sin desesperanzas, ni miserias, vuelca las
acciones humanas hacia permanentes acciones cuyo deseo es contribuir de algún
modo, a mejores condiciones de vida y futuro esperanzado lo que hace necesario
y urgente una educación basada en competencias, donde el egresado de las
universidades tenga las habilidades y competencias necesarias que les permitan insertarse a la sociedad de manera productiva.
Además,
se necesita una educación para todos, basada en valores éticos y morales, que
promueva la igualdad de condiciones y que provea los escenarios reales para la
vida humana, que han de merecer todos y cada uno de los habitantes de este planeta.
Razón por la cual,
(Corvalan O. Y Hawes G, 2OO5) cita “La
adopción del enfoque de competencias en la educación superior nace de la
necesidad de responder más adecuadamente al cambio social y tecnológico, como
también a la organización del trabajo para adaptarse al cambio”
Según la demanda que exige
nuestra sociedad las competencias que debe tener el docente universitario ha
sido motivo de estudio, por considerarse como necesarias las innovaciones en
los desempeño de los docentes universitarios que beneficien la calidad, las
cualidades humanas en los sistemas de educación superior.
Muchos países se encuentran inmersos en la
postura de replantear la formación superior en pos de responder a los entornos
cada vez más cambiantes, competitivos y exigentes, desarrollando estrategias
que permitan conectar los procesos formativos y la actuación profesional; Permaneciendo
en puestos de trabajo que dignifiquen la realidad del hombre, compromete
actualmente al mundo educativo y lo desafía a esbozar currículo que conjuguen
saberes fundados en la integralidad del ser persona, para su mayor
efectividad funcional y personal,
surgiendo así el tema de una educación basada en competencias.
·
Por lo que, la educación superior
universitaria tiene el reto de ser el
pilar de la formación de sus bases educativas: generadores de nuevos formadores
por competencias que proveerán los cambios, desde la educación inicial, hasta
pretender una formación permanente.
El profesor universitario debe
tener un enfoque de formación basado en
competencias, que responde por una parte a escenarios actuales donde quien
desempeña un trabajo, debe tener la capacidad de prever o resolver los
problemas que se le presentan; y por otro lado, responder a las investigaciones
sobre el aprendizaje, por tanto, el enfoque formativo propone una organización
que favorece los aprendizajes significativos y duraderos.
Las universidades
han de ser entidades que certifiquen ser instituciones competentes desde sus
currículos, con cada uno de sus propósitos y agentes formadores. Tarea ardua,
pero ya consciente de elevar los rumbos en consonancia con una sociedad de
integrantes que la conforman y equilibran sus sueños con caracteres efectivos.
Pues como cita” (Ferry, D., 2004), es así como resulta imprescindible para la educación
superior actual, adaptarse a los rigurosos escenarios actuales, no sólo por las
motivaciones económicas que mueven las decisiones empresariales, sino también,
por la necesidad de favorecer la gestación de nuevas generaciones de
profesionales acordes a los procesos de cambio social, cultural, laboral y
tecnológico, donde se requieren sujetos que sean capaces de dar respuesta a las
nuevas exigencias de manera integral y efectiva.
De esta manera, se va
configurando la necesidad agregada de reordenar
y actualizar la formación y el perfeccionamiento de los formadores, lo que se
hace evidente cuando se analizan las nuevas demandas de calificación que
requiere la práctica docente.
De manera que al respeto (Ferry, D., 2004)
cita “En la economía global actual, la
capacidad para contratar, desarrollar y mantener a trabajadores cualificados
resulta esencial para el crecimiento y el desempeño empresarial. El hecho de
garantizar que los trabajadores cuenten hoy en día con las competencias y
capacidades para llevar a cabo su trabajo de un modo eficaz los beneficia a
ellos, a las empresas y a la sociedad en general. Los programas de capacitación
resultan más eficaces cuando son capaces de fortalecer las capacidades de
actuación de los trabajadores en mercados cada vez más innovadores y
competitivos…”
Por lo que, el contexto
juega un papel de suma importancia en el desarrollo de los programas de una
educación basada en competencias ,pues
el mismo contexto define en cierto modo la eficacia del desempeño; ello explica
que una competencia puede ser evidenciada dependiendo del contexto en que se
aplica (Corvalán y Hawes, 2005).
De manera que
los tiempos han cambiado, los docentes del nivel superior se encuentran ante
grandes retos, pues como muy bien cita (Tippelt y Amoros, 2000). “Antes, la actividad principal del formador se solía concentrar en la
transmisión de los conocimientos técnicos. Con la reordenación de los nuevos
reglamentos de formación profesional hoy pasa a ocupar un primer plano la adquisición
de la competencia de acción profesional”.
Pues no solo es la mera transmisión de
conocimientos y contenidos de asignaturas como simple catedra universitaria,
sino más bien propiciar en los educandos el desarrollo de todo tipo de
habilidades y competencias, siendo los alumnos los protagonistas principales de
su propio aprendizaje.
Por lo que, Perrenoud 2004, destaca que la profesionalización del
docente implica “incidir con fuerza en la parte profesional de la
formación, más allá del dominio de los contenidos que hay que transmitir”.
Considerando que la actuación y escenario del profesor
universitario es muy importante, las universidades están inmersas en profundos
e imparables procesos de cambios, generándose nuevas demandas sobre estas instituciones y, evidentemente,
sobre el profesorado universitario.
Como afirma Tomás (2001: 7) “volver a pensar la Universidad significa re
conceptualizar el papel del profesorado, de los estudiantes, de la
enseñanza-aprendizaje, de la
investigación, del gobierno y la gestión, significando este replanteamiento en
la función docente “dejar el papel de reproductor de conocimiento e ir hacia un
orientador de aprendizajes...”
Por
lo que, también se reorienta el aprendizaje de los estudiantes que debe permitir
adquirir conocimientos pero especialmente saberlos buscar, procesar y aplicar. Una segunda función a considerar del profesor
universitario es la investigadora, donde también los cambios que se van sucediendo, fomento de la investigación
competitiva, creación de equipos multidisciplinares,
integrados a su vez, por miembros de diferentes universidades.
De manera que, antes de intentar definir el perfil de
competencias del profesor universitario, no se puede eludir establecer sus tres diferenciados, pero íntimamente interconectados
e interrelacionados escenarios de
actuación profesional:
El contexto general
(entorno socio profesional, cultural, etc.),
El contexto institucional
(departamento, facultad, universidad)
El micro contexto,
aula-seminario-laboratorio.
Cobrando cada una de las
funciones mencionadas una dimensión más o menos relevante y Adquiriendo unas
características específicas, según en qué escenario de los mencionados Se situé
al profesor universitario, siendo
evidente que ninguno de estos escenarios puede analizarse de manera aislada, ya
que cada uno de ellos está estrechamente relacionado con el resto y con las
funciones a desarrollar.
Por lo que, es necesario considerar los
escenarios de Actuación profesional y las funciones del profesor universitario,
previamente a la definición del perfil competencial y al establecimiento de la formación
necesaria. De manera que las competencias
del profesor universitario deben estar definidas por un perfil como rasgos diferenciadores
de su personalidad y metodología que emplea, impacten el aprendizaje de sus
alumnos.
El profesor más valorado por los alumnos es
aquel que se muestra más humanos, es
decir más cercanos y con mayor facilidad
para relacionarse con sus alumnos, mas afectuoso y democrático no solo dentro
del aula, sino como parte integral del modo de ser. Los alumnos perciben claramente cuando su profesor
se preocupa por el desarrollo y crecimiento de sus discípulos, antes que una
serie de conocimientos más o menos intrascendentes, que no llegan a tocar o
modificar la persona del estudiante.
En relación al perfil de
competencias que debe tener el profesor universitario para desarrollar una
función docente de calidad cabe destacar: Competencias relacionadas con las funciones
docente e investigadora.
En lo referente a la
función docente como investigador, la
responsabilidad del profesor universitario traspasa los límites del aula
donde desarrolla el acto didáctico también debemos considerar el diseño y
planificación de dicha formación, la evaluación de las competencias adquiridas
y/o desarrolladas y la contribución de dicho profesional a la mejora de la
acción formativa desarrollada y su participación en la dinámica académico, organizativa
de su institución.
Sin embargo, que se deberá
preocupar por desarrollar su función investigadora, para continuar creando
conocimiento científico y mejorar de este modo su campo científico, para
ofrecer nuevas propuestas metodológicas adaptadas a sus alumnos y materias,
para innovar en su realidad y en su contexto. Diseñar la guía, docente de acuerdo con las necesidades, el contexto y
el perfil profesional, todo ello en coordinación con otros profesionales.
Caracterizar el grupo de aprendizaje mediante
diagnosticar las necesidades, formular los
objetivos de acuerdo a las competencias del perfil profesional, seleccionar y
secuenciar contenidos disciplinares, diseñar estrategias metodológicas atendiendo
a la diversidad de los alumnos y la especificidad del contexto, seleccionar y diseñar medios y recursos didácticos de acuerdo a la estrategia .
Elaborar unidades didácticas de contenido. Diseñar
el plan de evaluación del aprendizaje y los instrumentos necesarios, desarrollar el proceso de enseñanza
aprendizaje propiciando oportunidades de aprendizaje tanto individual como grupal.
Aplicar estrategias metodológicas
multivariadas acorde con los objetivos, utilizar diferentes medios didácticos
en el proceso de enseñanza aprendizaje, gestionar la interacción didáctica y las
relaciones con los alumnos, establecer las condiciones óptimas y un clima
social positivo para el proceso de enseñanza-aprendizaje y la comunicación
Utilizar las TIC para la combinación del
trabajo presencial y no presencial del alumno, gestionar los recursos e infraestructura
aportados por la institución, gestionar entornos virtuales de aprendizaje.
Tutorizar el proceso de aprendizaje, planificar acciones de tutorización, considerando
los objetivos de la materia y las características de los alumnos, para
optimizar el proceso para conseguir todos estos objetivos será necesario
mantener una actitud de constante reflexión y crítica, de auto
perfeccionamiento, de formación, de compromiso ético con la profesión, alumno,
propiciando acciones que le permitan una mayor autonomía de aprendizaje.
Crear un clima favorable para mantener una
comunicación e interacción positiva con los alumnos, orientar, de forma
individual y/o grupal, el proceso de construcción del conocimiento de los
estudiantes proveyéndoles de pautas, información, recursos, para favorecer la
adquisición de las competencias profesionales.
Utilizar técnicas de tutorización virtual , evaluar
el proceso de enseñanza-aprendizaje, aplicar
el dispositivo de evaluación de acuerdo al plan evaluativo establecido, verificar
el logro de aprendizajes de los alumnos , evaluar los componentes del proceso de
enseñanza-aprendizaje , promover y utilizar técnicas e instrumentos de
autoevaluación discente , tomar decisiones basándose en la información obtenido
,Implicarse en los procesos de evaluación , afrontar los deberes y dilemas
éticos de la evaluación.
Contribuir activamente a la mejora de la
docencia, participar con otros profesionales en la concepción y elaboración de nuevos
instrumentos, materiales y recursos didácticos para ampliar y/o mejorar las
competencias profesionales, mantener
relaciones con el entorno socio profesional de forma sistemática y periódica
para su actualización y perfeccionamiento docente.
Participar activamente en acciones de
innovación orientadas a la optimización del proceso de aprendizaje, aplicar
técnicas e instrumentos de autoevaluación docente, auto diagnosticar necesidades
de formación para la mejora de la docencia,
participar activamente en la dinámica académico organizativa de la
institución (Universidad, Facultad, Área, Departamento, titulaciones...)
Participar en grupos de trabajo, participar en
las comisiones multidisciplinares de docencia, promover y participar en grupos de trabajo respecto a
las programaciones de asignaturas pertenecientes al área de conocimiento , participar
en la programación de acciones, módulos formativos, promover la organización y
participar en desarrollo de jornadas académicas, debates, mesas redondas.
Las competencias que debe
poseer dicho profesor universitario
para desarrollar una función
investigadora de calidad en referencia al acto de competencias. Diseñar,
desarrollar y/o evaluar proyectos de investigación e innovación de relevancia
para la docencia, para la institución y
para el propio avance científico de su área de conocimiento.
Dominar las formas y
procesos burocráticos para la concesión de ayudas públicas, proyectos
competitivos, enmarcar las actividades investigadoras en programas, temas prioritarios
de la propia universidad, Establecer las directrices básicas de los procesos de
investigación Elaborar proyectos de
investigación basados en el rigor y sistematicidad científica Participar y
promover la participación/colaboración en/con diferentes. l(José Joaquín Brunner, 2000).
Reconociendo que sobre el docente universitario
descansa un gran reto en el desarrollo de las competencias, como herramientas poderosas
que marcan la diferencia, en todo
proceso de innovación, cambios, reformas, aprendizaje de los alumnos, calidad y
excelencia del proceso educativo, así como el perfil de los egresados, su
desarrollo personal y laboral
Como cita José
Martí:
·
uentes de trabajo y educación para todos,
´El pueblo más feliz es el que tiene mejor
educados a sus hijos en la instrucción del pensamiento y en la dirección de los
sentimientos. Un pueblo instruido ama el trabajo y sabe sacar provecho de él
Razón por la que los docentes
universitarios deben conocer la importancia actual de las competencias que
radica en la necesidad de cambio para enfrentar las nuevas realidades de la
sociedad actual, en estos nuevos y cambiantes contextos. Las competencias que
los individuos necesitan para alcanzar sus metas, tanto individuales
como colectivas, pues se han ido complejizando cada vez más. Incluso para,
el desarrollo sustentable y la cohesión social de los países, dependen
críticamente de las competencias de toda la población.
En síntesis, la calidad y
equidad que tanto requiere la educación universitaria, en especial la de
nuestro país, apela a una formación idónea, que considere el dominio de
competencias indispensables para el desempeño satisfactorio en ambientes
profesionales sometidos a cambios permanentes, altamente exigentes y
competitivos.
Estas competencias necesarias abordan por
ejemplo las áreas de creatividad, preparación para el trabajo autónomo,
espíritu emprendedor, flexibilidad ante situaciones emergentes, la
actualización permanente, capacidad de trabajo en equipo, habilidades para
comunicarse efectivamente, entre otras. Así también, estas competencias se
exigen de parte de los formadores, quienes tienen a cargo dirigir los procesos
de enseñanza-aprendizaje y son los actores educativos que deben demostrar un
desempeño acorde a lo exigido a sus alumnos. Claramente, el currículo actual
debe ser sometido a revisión y evaluación constante para promover y generar
esos cambios que demanda nuestra sociedad.
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Ciertamente Gladys , que en nosotros descansa un gran reto en el desarrollo de las competencias, como herramientas poderosas que marcan la diferencia y concluyen en la calidad y excelencia del proceso educativo, así como el perfil de los egresados, su desarrollo personal y laboral. Esta en nosotros o no, asumirlo y hacer del el una realidad, va a depender de nuestra actitud y vocación por nuestra profesión.
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